María Guardiola afirma que “la vergüenza del tren continúa” y los que la provocaron siguen en sus cargos

  • La presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola, señala que las dimisiones por la vergüenza del tren de altas prestaciones tienen que llegar, porque es inadmisible que un servicio vendido con todo el boato institucional “haya quedado en una estafa”.

 

  • Subraya que la Junta no puede esconderse ni señalar con el dedo a otros, porque Fernández Vara es “partícipe de esta humillación”. La presidenta aclara que el tren no es solo de los extremeños, es de todos los que quieren venir a Extremadura, y el Gobierno tiene que dignificarlo.

 

  • Insiste en que las dimisiones que ha pedido el PP de Extremadura se tienen que producir porque ha habido una conducta que está lejos de ser ejemplar. “No se puede venir a Extremadura a decir que la solución es maquillar los horarios”.

 

  • Rechaza la fórmula de RENFE para, supuestamente, mejorar el servicio, cuando esta se basa en que los extremeños tengan la sensación de que el tren no se retrasa, aunque sí se retrase.

 

  • Manifiesta que hay mucho que mejorar en materia de gestión forestal, y la primera es la Junta de Extremadura, que es la que tiene que dar un giro de 180 grados en su modelo, porque es claramente deficiente e inmovilista.

 

  • “Tenemos muchas limitaciones ambientales que en lugar de proteger Extremadura la está amenazando”, y esto debería ser un tema troncal para combatir la despoblación, subraya la presidenta del PP de Extremadura.

 

  • María Guardiola asegura que “hay un exceso de protección medioambiental y si queremos más empresas, más oportunidades y más densidad industrial, no lo conseguiremos con barreras”. “Tenemos que ser valientes, decir lo que está ocurriendo y hacerlo antes de que sea tarde”.

 

  • “No podemos permitirnos el lujo de que nuestro desarrollo este frenado con un exceso de figuras de protección”, afirma la presidenta del PP, que considera que ya hay demasiadas limitaciones a actuaciones empresariales, a infraestructuras y, además, se ponen límites a la actividad agraria y ganadera.

 

  • Considera que es el momento de hacer una “llamada de atención y una llamada a la acción” para que las limitaciones ambientales no contribuyan a la despoblación, sino lo contrario, porque sin actividad económica se vacían nuestros pueblos y nuestro entorno rural.

 

  • Defiende que la mano del hombre históricamente ha gestionado el monte y el campo, y si no se permite seguir haciéndolo con un equilibrio sostenible, cada vez vamos a encontrarnos más riesgos de incendios y más dificultad para extinguirlos.